Me quedé boqueando como un pez, nadie más borró tu cicatriz en mí. Osadía loca, husmear en tus cosas, duele de placer tu cicatriz en mí. Hey, te suplico estrellarme en vos, cocinarme lento como ícaro en el sol. Desde que te amé nunca se borró tu cicatriz en mí.
Un mapa único, desdibujado, bajo las sábanas del hada. Desperdigado por fantasías, lo que querías huele a jardín. Sugiero que nos quedemos, atentos, por las siglas de los siglos. Desperdigados por fantasías, lo que querías no tiene fin. Suave estar...
Hola! Siempre te encuentro.
Sabia savia por mi cuerpo, como oro de Acapulco, voy preparándome, no sé que me pasa, que ya no puedo volver (al oír, al oír... al ír, al oír). Tanto irme por las ramas, ahora recorro las heridas, no fue suficiente fe una vez por semana, ya no puedo volver (al oír, al oír... al oír, al oír). Mi voz vegetal, necesito hoy tener amarrados los pies, en el aire sé que soy nada más que menos de lo que podría ser. Me resisto a empujarte a otro juego de azar, en el aire reverbera el ansia de mi voz. Mi voz vegetal, vegetal. Amor vegetal.
Meses navegando, tierra a la vista, todo volverá a ser como fue. Las luces de la costa son faros del pasado, todo volverá a ser como fue. Y cuando salto de cubierta, y me abandono a la corriente. Nuevas formas crecen, son tan atractivas, quiero descansar de todo ayer. Y voy flotando por el río, voy envuelto en la corriente. Hombre al agua, voces que se agitan, hombre al agua, barco a la deriva. Y voy flotando por el río, descansando en la corriente. Hombre al agua, voces que se agitan, hombre al agua, barco a la deriva. Amaneció, abre los ojos, me iré con estas olas, no estés preocupada, todos gritarán Hombre al Agua. Voces que se agitan, barco a la deriva.
Calenté la cama y te dí de comer. Mi príncipe no se dá por vencido. Sobrevolando el ojo de la tormenta, mi ser, siempre encuentras la calma para ver.
Espera, no te enojes esta vez, lo vi venir, como siempre la reacción es tan lenta como mi voz, arrasando con la razón, el tsunami llegó hasta aquí... lo vi venir. Si aprendemos la lección sabrás que al fin, el misterio es contradicción, con todo aquello que conoces, a veces hago todo al revés, el tsunami llegó hasta aquí... lo vi venir. Todo se movió, y es mejor quedarse quieto, pronto saldrá el sol y algún daño repondremos, terco como soy, me quedo aquí. La tinta no seco y en palabras dije muchas cosas, pero en mi corazón, todavía queda tanto por decir, tanto por decir, tanto por decir. No me voy... me quedó aquí. Y si no, no aprendimos la lección.
Odio este domingo híbrido de siempre, me da igual, me da igual. Es un beso en la pantalla del autocine, sin gozar, sin gozar. El ojo de la aguja, la punta de mi lengua, es igual, es igual. En el comienzo fue un big-bang y fue caliente, revolver, revolver. Sobre los títulos vi caer tu nombre, y reaccioné, reaccioné. Solo Dios sabe que es el Séptimo Día, el abismo y la luna en el Séptimo Día. No descansaré... En este tiempo anfibio temo perderte, por volar, por volar. El reino de los cielos, la llave del averno, es igual, es igual en el Séptimo Día, el abismo y la luna en el Séptimo Día. Solo Dios sabe que es el Séptimo Día, el abismo y la luna en el Séptimo Día. No descansaré...
Sumidos en una calma extraña, una tranquila desesperación, ecualizadas las emociones, no había picos en ninguna tensión. El tiempo fue creciendo intenso en el goteo de la soledad, es el sonido de alguien que pende de un hilo, ¿hasta dónde lo vamos a estirar? Éstas son las noticias nena ¡Ya no! Todo cayendo por el efecto dominó. Todo cae por su peso. Sumidos en una Fe narcótica, en un mundo diseñado y lineal, hay mecanismos de reseteo, pero nos olvidamos de backupear. En la cadena de desacierto creímos ser el último eslabón. Tendremos control remoto, ¡si!, pero hace rato que perdimos el control. Así que éstas son las noticias nena ¡Ya no! Todo cayendo por el efecto dominó, porque todo cae por su peso.