Quiero una casa, quiero un hangar y una torre de lanzamiento. Hoy nuestra aldea es todo este mundo, y no es un mero pretexto. A lo mejor tener sed enloquece al desierto, será la locura que nos hace bailar. Ya limpiaste la casa, ya limpiaste tu cuerpo, ahora tienes el tiempo. Lenguas de sal, un golpe de oídos, le doy respiro a los sonidos. Abandonar la tierra y sentir la ingravidez. Desordenado es el afan que nos hace bailar, bailar, bailar...