El sol no tiene oídos pero su lengua me atrapó, crece la escasez y hasta la palabra vacío me llenó. Otra ruta, otro pueblo, otro cuarto de hotel, vida nómade, un santuario de desechos me dejó. Cae la tarde, y en la pampa no hay, en la pampa no hay silencio... tal vez lo más suicida sea decirte la verdad, preferí callar, a esta hora de la vida es lo mejor. Llega la noche, respiro libertad, respiro libertad y no miento. Siento que pasan los días y sigo adelante, tracción a sangre, tras una melodía. Creo que te hice tan mía que por un instante te olvidé.